19 octubre 2010

Habrá un superciclo de precios altos por escasez de metales



La alta demanda de las economías más dinámicas, como la China, hace presuponer que las condiciones de la industria no variarán pronto
Jack Farchy y Javier Blas


No muy lejos de la mina San José, donde ayer se vivieron escenas de júbilo con el rescate de los 33 mineros atrapados desde hace dos meses, está la mina de cobre más grande del mundo, Escondida. Aunque conserva el título, los mejores días de Escondida quedaron atrás: en 2007 representaba el 10% del producto global. Desde entonces, pese a los mejores esfuerzos de su propietaria BHP Billiton por ampliar y profundizar el área de extracción la producción ha caído 25%.

La declinación de Escondida y el colapso de la mina San José son representativos de los desafíos para las mineras. Mientras el consumo de metales industriales en China y otras economías de alto crecimiento avanza, al parecer ajeno a la crisis financiera, las minas desarrolladas en la bonanza de los ‘80 tienen problemas para satisfacer la demanda.

El resultado son precios más altos, desde el estaño (que ayer marcó un récord histórico) hasta el cobre y minerales ferrosos como el mineral de hierro. El índice de precios de la Bolsa de Metales de Londres (LME)

alcanzó un máximo de dos años esta semana, un nivel visto sólo por unos pocos meses durante el boom de precios de 2005-08.

La combinación de una demanda renovada y una oferta anémica refuerza la visión de que los metales están en un “super-ciclo”: un período de décadas de duración de precios más altos empujados por las clases medias emergentes en países como China e India a medida que el poder tras la economía global se desplaza a oriente.

El optimismo que rodea a los metales llega a pesar de las preocupaciones entre los inversionistas respecto de una recaída en la recesión en 2011. Los ejecutivos mineros desestiman estos temores. Diego Hernández de Codelco dice que “somos bastante optimistas respecto de la demanda de mediano y largo plazo”.

El cambio estructural más claro tras los precios de los metales, y la razón tras la recuperación después de la caída en 2008-09, es el crecimiento de China. El rápido crecimiento y desarrollo industrial del país más poblado del mundo lo ha hecho el principal consumidor de casi todos los metales.

Su consumo de cobre, por ejemplo, se ha más que cuadruplicado desde 1995. China está entrando en la etapa más intensiva de su crecimiento en términos de consumo de metales: a medida que su clase media crece, lo hace la demanda por productos de consumo. Y Beijing se ha embarcado en la construcción de una vasta red de infraestructura, desde caminos y vías férreas hasta transmisión eléctrica y sistemas de alcantarillado.

La oferta alimenta el optimismo en el encuentro de la LME esta semana, el principal de la industria. Con la excepción del aluminio, la producción de las minas no puede mantener el paso de la demanda. Por ejemplo, la producción de cobre de Chile está aplanándose tras su máximo de 2007, según la consultora CRU.

En todo el mundo, las mineras tienen que mover cada vez más tierra para conseguir la misma cantidad de metal. El mal clima, huelgas y otras disrupciones también limitan la producción. Hay pocas perspectivas de cambio. Se necesita largo tiempo para que las inversiones mineras sean rentables: el proceso de exploración, desarrollo y comercialización puede demorar 20 años. El hecho de que las empresas redujera el gasto en exploración y desarrollo durante la crisis financiera implica que hay menos nuevos proyectos en línea para el mediano plazo. Es cada vez más duro alcanzar los mejores depósitos. Con el cobre chileno y norteamericano y el estaño indonesio escaseando, las mineras se ven forzadas a volcarse a países como Mongolia, Afganistán y Congo. Los nuevos yacimientos son desafiantes, en términos físicos y/o políticos.

La consolidación de la industria en la última década, con el surgimiento de gigantes como BHP Billiton, Río Tinto y Xstrata, interesados sólo en grandes proyectos, complica las cosas. Es probable que las grandes mineras desarrollen proyectos en serie y no en paralelo, demorando la llegada del producto al mercado. Las pequeñas empresas enfrentan falta de acceso a créditos, con los bancos todavía reacios a prestar - más a proyectos con un plazo de 50 años.

Otro cambio fundamental para la industria es la actitud de los gobiernos a los recursos naturales: ven las ganancias de las mineras y quieren una parte mayor a través de los impuestos. También les piden que paguen por agua, infraestructura, energía y su huella ambiental, costos que hace una década no eran pagados por las mineras.

La confluencia de factores implica que el superciclo continuará hacia 2011 y más allá, según el consenso

entre ejecutivos y operadores durante la semana de la LME. En algún momento, el auge terminará. Pero los economistas creen que la integración de las grandes economías emergentes en la economía global no tiene precedentes en escala. Para encontrar un superciclo similar, hay que ir a la industrialización estadounidense, a fines del siglo 19 y comienzos del 20. Con escasa perspectiva de un incremento en la oferta de las minas, un limitante en los precios sería que los consumidores industriales reemplacen metales con otros commodities, como plásticos. Pero Jim Lennon, analista de Macquarie en Londres dice que la mayor parte de la substitución en cobre, la más fácil, ya se ha hecho.

Analistas y operadores creen que para la reunión de la LME el próximo año algunos metales, en especial cobre y estaño, cotizarán a niveles récord. Goldman Sachs prevé que el cobre llegará a u$s 11.000 en doce meses, un alza de 35% respecto de hoy. Pero asegurar los metales sigue siendo una empresa extrema, como deja en evidencia el rescate de los mineros en Copiapó.


Fuente: El Cronista

http://www.cronista.com/notas/249518-habra-un-superciclo-precios-altos-escasez-metales

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