14 enero 2011

IIRSA: “En este desierto hay vida, el próximo desierto, el de la zona de sacrificio, dejará de tener vida”

Neuquén- Argentina13/01/2011
La geógrafa Silvia Leanza habla del IIRSA, la implementación del modelo neo extractivista y sus posibles impactos socio-ambientales en la provincia de Neuquén

Gentileza Julieta Piñeiro

Por Hernán Scandizzo.- La Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) surgió en 2000. Según su sitio web, se trata de un “mecanismo institucional de coordinación de acciones intergubernamentales de los doce países suramericanos, con el objetivo de construir una agenda común para impulsar proyectos de integración de infraestructura de transportes, energía y comunicaciones”. En tanto sus detractores afirman que esta Iniciativa persigue la Integración de la Infraestructura Regional para el Saqueo.

Nuestro país está atravesado por diferentes ‘ejes’ del IIRSA: Capricornio, Andino del Sur, Interoceánico Central, Mercosur-Chile, Hidrovía Paraguay-Paraná y Sur. Este último comprende buena parte de la Patagonia Norte y Central, y entre sus planes de infraestructura aparece el mejoramiento de rutas y pasos fronterizos, la extensión de tendidos ferroviarios, electroductos y gasoductos; y la ampliación de puertos, entre otros.

Según información la oficial, el área de influencia del Eje del Sur es de 502.492km² y las obras en carpeta tienen cuatro funciones estratégicas: “reducir costos de transporte para ampliar el intercambio comercial entre los dos países y la complementariedad económica”; “generación de oportunidades de desarrollo económico y social”; “fortalecimiento de un sistema turístico binacional en torno a la zona de los lagos”; y “favorecer la conservación de los recursos naturales de la zona”. Para ello se estima una inversión superior a los u$s 2.700 millones, de los cuales 2.263 millones serían destinados a 24 proyectos de transporte y u$s 450 millones, a 3 obras energéticas.


Eje del Sur y zona de influencia. Fuente: IIRSA | www.iirsa.org/ejedelSur.asp

La geógrafa Silvia Leanza, integrante de la Fundación Ecosur y del Foro Permanente por el Medio Ambiente de Neuquén, trabaja con Irina Gari y Jimena Rojas en un gráfico del despliegue del Eje del Sur en Neuquén. Tomando como base un mapa de la desertización en la provincia, han ubicado las obras proyectadas y diversos emprendimientos extractivos, estableciendo los vínculos entre unos y otros. El objetivo: alertar sobre futuros impactos socio-ambientales.

En esta entrevista Leanza habló del IIRSA, sus alcances en la región y su vínculo con el modelo neo extractivista en avance.

-¿Ustedes realizaron un mapa del IIRSA en Neuquén?

En realidad es un conjunto de mapas y esquemas referidos exclusivamente a Neuquén, donde intentamos superponer, desde los procesos de desertificación que padece la provincia, los mega emprendimientos urbanos, de agronegocios y mineros. Y, por último, todos o la mayor parte de los ductos vinculados con el IIRSA.

El sentido original fue localizar en un mapa de la provincia los mega emprendimientos, mineros y energéticos, que durante el año 2009 fueron anunciando por los medios de comunicación las empresas y los funcionarios de gobierno. Sistematizar esos datos y ubicarlos fue toda una la tarea. ¿Por qué? Porque en realidad esos anuncios y las noticias aportan datos sueltos que hay que articular con otra información. Porque el emprendimiento siempre está inscripto en un proyecto que está muy armado, y eso no se cuenta, y el común de la gente sólo recibe una oferta beneficiosa para el desarrollo local, que va a cubrir las necesidades sociales de esa comunidad y de las comunidades próximas.

En realidad todos estos mega emprendimientos están articulados entre sí por una red, compuesta por infraestructuras, en general, energéticas -ductos de gas, petróleo, agua- que hacen posible la explotación de los bienes naturales. Y esta red, que constituye una infraestructura, es la red que provee la Iniciativa de Integración Regional Suramericana, que también establece normas para la integración regional. Tiene su propia legislación adaptada a las necesidades de estos mega emprendimientos, que son planificados por grandes trasnacionales -y en algunos pocos casos, por ahora, “translatinas” [como la minera brasilera Vale y Petrobras].

Mega minería e hidrocarburos. Fuente: Ecosur

Y un segundo aspecto que queríamos mostrar es cómo, en el marco del ordenamiento territorial para el Bicentenario -en el que están trabajando el Ministerio de Planificación de la Nación y cada una de las secretarías de Planificación de las provincias-, los mega emprendimientos de infraestructuras se proyectan al servicio de los mega-emprendimientos para la explotación de los bienes naturales -minerales, forestales, soja- y van a generar un nuevo ordenamiento basado en zonas de sacrificio. No zonas, en el caso de Neuquén prácticamente van a dejar la provincia para el sacrificio, y esto es lo que muestra estos mapas

-¿Por qué sostenés que estos proyectos no traerán desarrollo sino que transformarán el territorio en “zonas de sacrificio”?

Porque pensar en el desarrollo es pensar también en las posibilidades de desarrollo endógeno, pensar el desenvolvimiento de las potencialidades locales para las comunidades locales, regionales, nacional, para la gente; que genere trabajo, que es algo más que empleo, de calidad y digno. Estas mega infraestructuras (caminos, gasoductos, oleoductos, sistemas interconectados -como el tendido Comahue-Cuyo-, las nuevas represas -como Chihuídos) implican el desplazamiento de población, de comunidades chicas, que tradicionalmente han sido crianceros y desarrollan una agricultura bajo regadío. Economías, a veces, casi de subsistencia, pero con la propia identidad de las comunidades. Comunidades donde la gente tiene un trabajo, produce aquello que consume, aunque quizás no tenga empleo. Las obras de estos mega, en general emplean a los locales para las tareas temporarias, de menor calidad. Por otro lado son empleos que duran lo que duran las obras, nada más

Muchas comunidades que tienen sus tierras en lotes fiscales, que podrían lograr la propiedad veinteañal, son desplazadas por estos mega emprendimientos, vaya a saber a dónde. A veces implican la construcción de un nuevo pueblo. El embalse de Chihuídos I cubrirá más de un pueblo ubicado en un valle de regadío, muy fértil, entonces la solución es trasladarlos a arriba de la meseta, en la pampa pelada. Y otros habitantes de la provincia irán a engrosar los periurbanos de Zapala, de Neuquén Capital y demás, en condiciones deplorables de vida. Porque tampoco hay elementos para su propia realización y no hay respeto de la dignidad de las personas.


Las zonas de sacrificio implican esto: desplazamientos de población, pérdida de la biodiversidad, carencias de agua. No es solamente mover una montaña sino las implicancias que tiene este movimiento, por eso se habla de zonas de sacrificio. Zonas que se reconvertirán en un desierto mucho más grande del que ya tenemos. En este desierto hay vida, el próximo desierto, el de la zona de sacrificio, dejará de tener vida.

Más información en :
Fuente: Observatorio Petrolero Sur
http://opsur.wordpress.com/2011/01/13/%E2%80%9Cen-este-desierto-hay-vida-el-proximo-desierto-el-de-la-zona-de-sacrificio-dejara-de-tener-vida%E2%80%9D/

*Una versión breve de esta entrevista fue publicada en El Extremo Sur, Comodoro Rivadavia, diciembre 2010.

Enviado por Norberto Costa

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