10 mayo 2010

Academia a cielo abierto


Por Germán Ciari 1
germanciari@elpsicoanalitico.com.ar


Siento que lo que sigue no es más que el intento de formalizar algunos lineamientos aprendidos en la vasta, multitudinaria y desordenada academia que construyen hoy las voces de quienes protagonizan los conflictos socio ambientales en la Argentina. Academia de voces diversas, muchas veces alejadas entre si, casi siempre perseguidas; que al presentar un discurso complejo al análisis suelen complicar la mirada foránea impidiendo a veces observar que en la productividad de sus luchas van quedando huellas de historia y de pensamiento emancipatorio.
Los conflictos socio ambientales, lejos de limitarse al acotado cerco de “la ecología” pueden ser leídos en continuidad con el proceso abierto en 2001. La consigna “que se vayan todos” que desnudaba una feroz descomposición institucional (y no solo una crisis político/partidaria), es la mama de los NOes posteriores. No a la mina, no Botnia son la sombra que proyectan los hartazgos generalizados de antaño, al mismo tiempo que revelan un surco vivo, abierto en aquellos años y hoy buscando imponer en un amplio territorio el doble debate sintetizable en las preguntas ¿Cuáles son las alternativas para el desarrollo de los pueblos? Y ¿Quiénes son los que deben decidir al respecto?


En ese sentido la búsqueda por parte de los auto convocados de Tinogasta de proponer un proyecto de desarrollo local construido en base a las necesidades y las expectativas de los tinogasteños constituye al mismo tiempo un desafío al modo de organización político institucional (al estilo 2001) y una superación del mero desafío en sí.
La pregunta: ¿Quién va a controlar a las empresas? que repiten asambleístas de cada uno de los pueblos en conflicto, remite a la misma “nada” que aquel “que se vayan todos”. Nada institucional, sinsentido subjetivo que se muestra diagramando las patologías mentales de la época al mismo tiempo que configurando las oportunidades para la creación de formas sociales.

Frente a esa realidad, el gobierno nacional y los provinciales pretenden imponer una visión legalista, lo cual seria como pedirle a la tropa que salude al general muerto y en estado de putrefacción sostenido a penas con hilos de marioneta. Es en esa búsqueda de “coherencia” que aparece la profundización de la matriz represiva expresada como criminalización y judicialización de la protesta social, junto con un amplio abanico de acciones de tinte mafioso (aprietes, amenazas telefónicas, destrucción de inmuebles, etc) al mismo tiempo que un interés creciente en los medios de comunicación masivos quienes podrán, si no devolverle la vida al muerto, al menos disimular el olor a podrido.


Es interesante que en la construcción de estos proyectos de desarrollo locales también se busque generar anticuerpos frente al clientelismo político, seguramente una de las problemáticas que mejor iluminan los conflictos socio ambientales, señalándolo como un aceitado engranaje de control social.


Algunos asambleístas de Famatina lo dicen con claridad: el poder político ofrece dinero y niega obra pública, por caso un acueducto. El acueducto significa agua para las chacras. Esa agua es producción, pero producción independiente. Al no responder a los modos de control social vigentes, los aparatos políticos partidarios ven en ello un problema que amenazaría uno de los pilares centrales que hacen a su propia existencia (el clientelismo). Como diría Miguel Arca, el modo de ser propio de los aparatos políticos vigentes en el país es incompatible con la generación de empleo siempre que ese empleo sea empleo independiente.

Al mismo tiempo los auto convocados advierten sobre un “desamparo estratégico” que realiza el gobierno provincial en detrimento de los municipios plausibles de ser explotados por las empresas mineras. Estas empresas aparecen en el momento oportuno como las salvadoras ofreciéndose a suplir al estado en sus obligaciones, y es digno de notar el caso de muchas localidades en las que los pobladores no saben distinguir con exactitud entre un funcionario público y un empleado de la empresa minera.

Por último hay que mencionar que esta forma de control toma ribetes mas dramáticos cuando se la utiliza quitándosele la ayuda social a las familias que hayan tenido alguna participación en los movimientos de resistencia, como ha pasado en Neuquén, Catamarca y La Rioja, o cuando se utiliza los planes sociales como sueldo para matones que se constituyen en verdaderas fuerzas de choque, como ocurre en Tinogasta.


Esta enorme academia a cielo abierto florece en los valles cordilleranos regada por la convicción de personas que no están dispuestas a ver que en sus localidades tenga lugar nada menos que la duplicación del modelo socioeconómico vigente o dicho de modo mas acotado y menos dramático, la extensión de las fronteras productivas. El polvo que el viento remueve jugando con los restos de lo que otrora fue monte de algarrobos y quebrachos en Chaco y Santiago del Estero es el mismo que flota en el cielo de Guandacol. Las aguas que bajan arruinadas de Catamarca hacia Tucumán son las mismas que se prenden fuego en los abandonados pozos de Neuquén, Chubut o Santa Cruz. Son lo mismo en tanto responden a una lógica que las hermana y que ha decidido obviar todo tipo de límite. Tanto es así que este redoble se atreve a buscar petróleo en las nacientes del Nirihuau (que desemboca en el Nahuel Huapí), fumigar con glifosato pueblos del norte de Córdoba capital y pretender explotar yacimientos mineros en el ejido urbano de la ciudad de Andalgalá. Ese redoble que pone en riesgo ya no las áreas sacrificables de antaño sino a la totalidad del territorio, necesita hoy y necesitará en el futuro de poderosos socios políticos que sostengan la apariencia viva del general, cubriéndola de cuanta bandera la historia y la coherencia popular les permita.
Mientras tanto continúa la lenta construcción de una subjetividad sociopolítica alimentada por el cotidiano debate asambleario, fortalecida al calor de los encontronazos propios de cualquier corte de ruta, reafirmada frente a los embates violentos del poder.

La convicción generalizada en relación a no entrar en los canales políticos convencionales es la llave que abre las puertas más interesantes, sobre todo cuando se lo lee teniendo en cuenta la explícita voluntad de los asambleístas de impulsar proyectos socioeconómicos que fomenten las actividades productivas sustentables, facilitando el acceso a créditos y a tierras a pequeños productores independientes, reorientando la obra pública hacia el beneficio de este tipo de actividades, al mismo tiempo que reemplazando los planes sociales por trabajo genuino y lo más importante, sometiendo sus lineamientos generales a la voluntad popular y la discusión asamblearia. Como dice el profe Taborda: “mirar al mundo desde Tinogasta porque Tinogasta es el mundo”. Profe de una academia peculiar, cuya diversidad cada cordón montañoso multiplica y cada valle acuna; desenterrada por error del poder que buscando oro en las entrañas de la tierra se ha encontrado con las voces de mujeres docentes, de campesinos postergados, de paisanos de pueblos alejados y pobres que se atreven aun hoy, en los tiempos de la descomposición y la resignación generalizada, a decirle NO a los poderosos tomando con mano firme el destino de sus pueblos.


Dulce e intrigante moraleja arrojó a la historia el pasado 14 de abril cuando mostró en el mismo día a la presidenta de la nación estrechando la mano de Peter Munk y a Carina Diaz Moreno ofreciendo su cuerpo para impedir que un emprendimiento, propiedad del mismo Peter, destruya lo que ella llama “su pueblo”.




1 Germán Ciari es autor de “Las Fuentes del Jardín de tus Arterias”, documental sobre la lucha socio ambiental contra la mega minería. La película fue estrenada entre diciembre de 2009 y enero de 2010 en más de 20 localidades en conflicto a lo largo de la cordillera y se espera el estreno en Buenos Aires para fines de abril.

Fuente: El psicoanalítco
http://www.elpsicoanalitico.com.ar/1-%20Ciari%20-%20academiaacieloabierto.htm

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